
Fue en el siglo II a.C. cuando los romanos se establecen en este lugar que llaman “Compita-Orum”, cruce de caminos. Introdujeron los cultivos de la vid, el olivo, el almendro y la higuera. Seis siglos más tarde llegaron los musulmanes y, con ellos, la industria de la seda, el sistema de regadío por acequia y la construcción de los “azaqui” o bancales para el cultivo. Fueron los moriscos quienes dominaron hasta su rendición ante los Reyes Católicos en 1487.
En 1505 se creó la Parroquia de Cómpeta y a finales de este siglo ve crecer su población, que llega desde Granada, Córdoba y Sevilla. Sin embargo, el 9 de octubre de 1680 un terremoto destruye muchas de sus casas y la torre de la iglesia. Aun así, entre 1750 y 1884 Cómpeta vive su auge económico, ya que se triplican las tierras cultivables, se impone el mocultivo de la vid y se quintuplica su población.
Entre 1884 y 1887 Cómpeta cae en desgracia debido a un terremoto, una epidemia de cólera y la aparición de la filoxera, que arrasa los viñedos y provoca la emigración de muchos habitantes al norte de España y Sudamérica. Es en el siglo XX cuando se plantan nuevas viñas, ocurre la transformación agrícola y aparece el turismo haciendo resurgir la economía de nuevo.
Su ubicación, a tan solo 53 kilómetros de Málaga capital, a apenas 20 minutos del mar y rodeado de montañas, el buen clima (aunque en invierno refresca bastante) y lo pintoresco y agradable que es propició también que a finales del siglo XX muchos ingleses, daneses, holandeses y alemanes se mudasen a Cómpeta y diesen un gran impulso económico rehabilitando casas que habían quedado abandonadas y creando nuevos negocios.